La tentación, el pecado y el diablo. Entre los tres forman el «hilo rojo» del universo artístico que los pintores flamencos y, especialmente, maestros como los Brueghel, pusieron en pie con energía expresiva, virulencia y una imaginación sin límites. Y que, en un juego de espejos entre el siglo XVI y el XXI, hoy se ve reanimado por el artista belga Antoine Roegiers.
Exposición presentada en el Museo Nacional de Escultura de Valladolid a partir de fondos propios y también procedentes de colección privada y galerías de arte europeas.