Las raíces siempre nos señalan de dónde venimos y nos guían hacia el lugar en el que deberemos estar. La bailarina y coreógrafa bilbaína Adriana Bilbao firma esta pieza en la que flamenco, danza contemporánea y música se fusionan con el recuerdo de un pasado industrial, un pasado oxidado y que aún pesa mucho en nuestra memoria. Una pieza con una estética finísima y que está musicada por el artista de Iparralde Beñat Atchiary, un buen estandarte de esa magia que surge entre la memoria y el futuro.
Proiektu honi, dantza eta musika ikuskizun itxura eman nahi diogu, eta flamenkoa eta Euskal tradizioa izango dira lanaren hari eroaleak. Bi adierazpenok izaera oso pertsonalak eta sakonak biltzen dituzte. Istorioaren barrukotradizioak eta inprobisazioak hizkuntza berri bat sortuko dute. Meategi eta meatzariengana hurbildu nahi izan dugu, eta horiek lotura gisa erabili, estua baita meatze-kulturak flamenkoarekin duen harremana.
Espectáculo que integra música y danza (flamenco y cultura vasca- tradición y creación), enmarcado en un contexto minero e industrial, la mina como vínculo, pues dentro del flamenco existe una cultura minera importante. Se plantea un relato del trabajador, en concreto se hace alusión al migrante, a los hombres y mujeres que llegaron del sur de la península a Bizkaia. La interacción norte-sur y el enriquecimiento entre culturas, con especial interés en la figura femenina, con el testimonio de esas mujeres que a lo largo de la historia ha permanecido oculto.
