Ciclo KENJI MIZOGUCHI: El cineasta que respetaba a las mujeres

14 de Febrero de 2020. Bilbao Arte. Bilbao /// Bizkaia. 19:00h. Doan. Gratis. Free!

El Art House Zinema dedica un ciclo de cine al director japonés Kenji Mizoguchi, en versión original subtitulada en castellano. Se proyectarán un total de 11 películas filmadas entre 1936 y 1956.

Entrada libre hasta completar el aforo.

CICLO DE CINE: 

«KENJI MIZOGUCHI: EL CINEASTA QUE RESPETABA A LAS MUJERES»

«La emperatriz Yang Kwei-fei» (1955, 98’)

12 de junio y 10 de julio, 19:00

«La calle de la vergüenza» (1956, 85’)

19 de junio y 17 de julio, 19:00

VOSE. Entrada libre

 

 

El cineasta que respetaba a las mujeres

Once títulos de Kenji Mizoguchi inaugurarán 2020 en el Art House Zinema

Mizoguchi nació en Tokio en 1898, poco después de que el invento del cinematógrafo llegara a Japón. Apenas era un niño cuando se enfrentó a los sinsabores de la crueldad y la pobreza. El conflicto bélico que sostenía Japón a nivel internacional provocó una crisis interna y la ruina económica de su padre, un carpintero emprendedor que vio destruidos sus sueños y arruinada su empresa. Todas las biografías insisten en recalcar un hecho determinante para apreciar el compromiso de Mizoguchi por las mujeres y su querencia ideológica siempre al lado de las personas más necesitadas.

La cuestión es que, con el comienzo del siglo XX, viviendo en el popular barrio de Asakusa, el padre de Mizoguchi, empezó a dar síntomas de una enfermiza amargura que se manifestó en una nefasta querencia por el alcohol y comportamientos violentos hacia su mujer. Una deriva fatal que alcanzó su punto más oscuro con la venta de la hermana de Mizoguchi a un establecimiento de geishas.

Feminista en una sociedad que no lo era, e izquierdista en un país que soñaba con conquistas imperiales, Mizoguchi jamás lo tuvo fácil. Nunca renunció a sus señas de identidad e hizo un cine en el que especialmente a partir de los años 30, se hacía perceptible su especial sensibilidad. Un cine de rigor y contención, cine en el que las mujeres con frecuencia ocupan la zona central del escenario y en donde la profundidad de campo se adentra de manera inequívoca en una insufrible desigualdad. Pero lo que más estremece en el cine de Mizoguchi se encuentra en el lado de la enorme calidad humana de sus personajes. Sobrecogen sus criaturas, sus códigos y sus comportamientos, su paso por la vida con una dignidad extraordinaria.

La alta dignidad de la gente ordinaria. Mizoguchi respetó a sus personajes por encima de su status y sus roles. Geishas o emperatrices, cortesanas o señoras, Mizoguchi dibujaba a sus heroínas desde el respeto, la empatía y la complicidad. Supo desde niño, que ser mujer era una dificultad añadida en un mundo cruel e injusto. Y mantuvo siempre, en todas y en cada una de sus películas, una irrenunciable actitud de beligerancia. Con ella retrataba ferozmente los clientes de los burdeles, siempre tambaleantes en su borrachera, siempre misóginos y miserables. La dureza de esa mirada contrastaba con la comprensión hacia sus víctimas.

Hace unos años, el Art House Zinema tuvo un pequeño ciclo con su obra, ahora, 11 películas, muchas de ellas completamente restauradas y en 4K sirven para un reencuentro siempre enriquecedor. Un ciclo con 11 títulos realizados en los últimos años de su vida. En un tiempo difícil cuando el director japonés, sabedor de que una leucemia lo estaba matando lentamente, dirigió con prisa y con sabiduría, lo mejor de su filmografía. Esa que ahora y durante tres meses centra la programación de la Fundación BilbaoArte.

Ciclo de cine: Kenji Mizoguchi (Del 10 de enero al 20 de marzo)

10 y 13 de enero, 19:00

«Las hermanas de Gion»

Japón, 1936, 67’

Título original: Gion no shimai
Protagonistas: Isuzu Yamada, Yôko Umemura, Benkei Shiganoya, Eitarô Shindô

Sinopsis

Las hermanas Omocha y Umekichi son dos geishas que viven en el barrio de Gion, en Kioto. Encarnan dos polos opuestos de la mujer japonesa: mientras Omocha es una chica moderna, Umekichi sigue siendo una tradicional mujer japonesa. Este contraste se agudiza cuando el negocio del mercader Furusawa, su protector y cliente habitual, quiebra.

Las hermanas Omocha y Umekichi, ambas geishas, viven en el barrio de Gion, en la ciudad de Kioto. En más de un sentido, representan los polos opuestos de la mujer japonesa: mientras Omocha es una chica moderna y rebelde, Umekichi sigue siendo tradicional y sumisa. El contraste se agudiza cuando el local del mercader Furusawa, su protector y cliente habitual, quiebra y Omocha comienza a tomar decisiones temerarias que tendrán consecuencias terribles para ambas. Las hermanas de Gion es una fuerte acusación social del tratamiento de la mujer japonesa y el propio Mizoguchi la consideraba su primera obra realmente seria.

17 y 20 de enero, 18:30

«Historia del último crisantemo»

Japón, 1939, 143’

Título original: Zangiku monogatari
Protagonistas: Shotaro Hanayagi, Kakuko Mori, Kôkichi Takada, Yôko Umemura

Sinopsis

Año 1888, Tokio. Kikunosuke es hijo adoptivo de Kikugoro, prestigioso actor del teatro Kabuki durante la era Meiji. Por desgracia, el hijo no tiene las mismas virtudes del padre, lo que provoca el rechazo y la mofa de toda la compañía. La joven y humilde criada Otoku es la única persona que parece preocuparse por Kikunosuke, a quien anima para convertirse en digno sucesor del respetable nombre de Kikugoro en los escenarios. Lejos de la hipocresía general con la que es tratado, Otoku muestra toda su sinceridad hacia él. El cariño y afecto que le transmite acaban despertando el amor en Kikunosuke y la conquista de su autoestima.

Primera parte de la trilogía sobre el teatro y sus gentes durante el periodo Meiji, realizada entre 1939 y 1941 por Kenji Mizoguchi, y de la cual tan sólo se conserva ésta. «Historia del último crisantemo» es una de las películas favoritas del gran realizador japonés, que pudo llevar a cabo con total libertad creativa. Un film excepcional, una obra maestra que supone un sincero homenaje al mundo del teatro. Como una forma de sortear la censura militar durante los años de la Segunda Guerra Mundial, Mizoguchi se refugió en la historia de un actor de teatro kabuki del siglo XIX, que sólo alcanza a perfeccionar su arte gracias a la ayuda de una criada, dispuesta a sacrificar todo por él. La belleza y sofisticación formal del film le han valido comparaciones con el cine de Josef von Sternberg. “Uno de los diez films más importantes de la historia del cine japonés” (Jonathan Rosenbaum)

23 de enero, 19:00: 1º parte
24 de enero, 19:00: 2º parte
27 de enero, 17:00: Película completa

«Los cuarenta y siete samuráis»

Japón, 1941, 241’

Título original: Genroku Chûshingura
Protagonistas: Yoshizaburo Arashi, Utaemon Ichikawa, Chojuro Kawarasaki, Tokusaburo Arashi

Sinopsis

En el año 1701, en la capital real de Edo, el señor feudal Asano ataca al señor Kiru mientras se encuentra en tierra sagrada. Como consecuencia de esa grave ofensa, Asano es obligado a llevar a cabo el ritual del seppuku. Sin embargo, 47 de los samuráis más leales juran vengar a su amo por lo que consideran una traición encubierta. Basada en una de las leyendas niponas más famosas de toda la historia y con su exaltación de los valores tradicionales del honor y la entrega, esta producción de envergadura realizada en dos partes formó parte indirecta del esfuerzo bélico. Mizoguchi fue mucho más allá de ese origen “por encargo” y entregó una de las películas más vitales y profundas de su período intermedio.

La leyenda de los 47 ronin de la era Tokugawa, basada en hechos reales ocurridos a comienzos del siglo XVIII, forma parte del folklore japonés y ha sido retomada por la literatura, el teatro y el cine de ese país en decenas de ocasiones, aunque pocas veces con este nivel de tensión narrativa y profundidad psicológica. En la segunda parte, luego de idas y venidas y una espera de más de un año, los 47 sirvientes del suicidado señor, transformados en orgullosos ronin, llevan a cabo una sangrienta venganza contra Kira, con la guía y liderazgo de Oishi, uno de los principales consejeros de Asano. comparaciones con el cine de Josef von Sternberg. “Uno de los diez films más importantes de la historia del cine japonés” (Jonathan Rosenbaum)

31 de enero, 19:00:

«La señorita Oyu»

Japón, 1951, 94’

Título original: Oyu-sama
Protagonistas: Kinuyo Tanaka, Nobuko Otowa, Yuji Hori, Kiyoko Hirai

Sinopsis

Shinnosuke acepta casarse con Shizu con tal de poder estar cerca de su hermana Oyu, viuda y madre de un hijo. Las costumbres japonesas prohíben que Oyu se case porque su deber es educar a su hijo para que llegue a ser el jefe de la familia de su marido. Entre los tres se creará un extraño vínculo. “Como ocurre frecuentemente en el cine de Mizoguchi, la coda de este film convence y conecta al espectador con lo ya visto, mostrando la tragedia de la condición humana a través de imágenes extraordinariamente expresivas”.

Como ya es habitual en el director, Mizoguchi hace gala de una puesta en escena ejemplar para describir con imágenes las complejas y cambiantes relaciones que se establecen entre los tres personajes, recurriendo la mayor parte de las veces al uso de elaborados movimientos de cámara en combinación de travelling y panorámica. Esto es evidente por ejemplo en la secuencia tras la boda de Shizu y Shinnosuke, en la que encontramos a los tres personajes rezando en el templo: partiendo de un primer plano de Shinnosuke, la cámara retrocede hasta un plano medio del matrimonio para, siguiendo el movimiento de Shizu que se levanta y se sienta junto a Oyu, acabar encuadrando a los tres personajes (Shinnosuke a la izquierda, Oyu a la derecha y Shizu, entre los dos), en una explícita imagen de la situación planteada.

7 de febrero, 19:00
«Los músicos de Gion» (85’)

Título original: Gion bayashi
Protagonistas: Michiko Kogure, Ayako Wakao, Seizaburo Kawazu, Saburo Date

Sinopsis

La película se centra en dos jóvenes Geishas, Miyoharu (Michiyo Kogure) y su aprendiz Eiko (Ayako Wakao). Hacia el final de la Segunda Guerra Mundial, la actitud social hacia las mujeres empieza a cambiar en Japón,llevando a la joven Eiko a preguntarse si realmente quiere o no convertirse en una Geisha, una posición que siente que la rebaja en la escala social.


14 de febrero, 19:00
«Cuentos de la luna pálida» (96’)

Título original: Ugetsu monogatari
Protagonistas: Machiko Kyo, Masayuki Mori, Kinuyo Tanaka, Mitsuko Mito

Sinopsis

Genjurô y Miyagi son dos aldeanos sin fortuna que viven a la orilla del lago Biwa, de la provincia de Omi, durante el Japón feudal del siglo XVI, afectado por las guerras civiles. Uno trabaja de alfarero y sueña con hacerse rico, y el otro aspira a ser un samurái reconocido.


21 de febrero, 19:00
«Los amantes crucificados» (102’)

Título original: Chikamatsu monogatari
Protagonistas: Kazuo Hasegawa, Kyoko Kagawa, Yoko Minamida, Eitaro Shindo

Sinopsis

Osan (Kyoko Kagawa) vive en Kioto junto a su esposo Ishun (Eitaro Shindo), un hombre considerablemente rico y mayor que ella. Ishun es tremendamente tacaño y se niega a prestar ayuda económica a la familia de su esposa, por lo que ésta recurre a Mohei (Kazuo Hasegawa), un fiel empleado que desfalcará dinero de su señor para ayudarla, pues secretamente la ama. 
Cuando Mohei es traicionado por un compañero y se descubre su robo, es aislado y encerrado fuera de la mansión. Osan, que se siente culpable, decide ayudarle.


28 de febrero, 19:00
«La mujer crucificada» (83’)

Título original: Uwasa no onna
Protagonistas: Kinuyo Tanaka, Tomoemon Otami, Yoshiko Kuga, Eitarô Shindô

Sinopsis

Yukiko (Yoshiko Kuga) es una estudiante de música que ha tratado de suicidarse tras un desengaño amoroso. Su madre, Hatsuko (Kinuyo Tanaka), regenta una casa de geishas, hecho que Yukiko desaprueba. Pese a ello, la joven accede a volver con su madre, que le pide al doctor Matoba (Tomoemon Otami) -con quien mantiene una relación- que cuide de ella. El conflicto entre madre e hija se incrementará al surgir el amor entre Yukiko y el joven médico. 

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