CASAMANCE: Derecho a la memoria CECILIA ÁLVAREZ-HEVIA

27 de Enero de 2021. Tabakalera. Donostia-San Sebastián /// Gipuzkoa. 10:00h. Doan. Gratis. Free!

«Dar por hecho» es uno de los grandes errores que cometemos todas las personas que vivimos en el mal llamado primer mundo. El dar por hecho, nos coloca una venda sobre los ojos que convierte nuestros privilegios en normalidad.

Esta venda desapareció nada más pisar el aeropuerto de Ziguinchor.

Desde mis primeros años de vida las fotografías han ayudado a construir mi memoria, mi pasado, mi historia, la persona que soy y el entorno en el que he crecido, las imágenes dan forma a mis recuerdos.

En mi primer paseo por la aldea de Diakene Ouloff, me di cuenta que esto también era un privilegio, muchos de ellos nunca habían sido fotografiados ni individualmente ni como sociedad.

En mis manos no está el poder mejorar su calidad de vida, su acceso al agua, alimentación, educación y otros muchos privilegios que son parte de nuestra normalidad, pero, sí está el poder ayudar a crear ese imaginario colectivo, esa identidad visual que les hiciera permanecer para siempre, dar a conocer sus culturas, sus tradiciones, su historia familiar gracias a las fotografías.

Y fue aquí donde se empezó a gestar este «derecho a la memoria».

Descubrí el proyecto del Centro Cultural y Turístico de Casamance en noviembre, y en enero, ya tenía mis billetes para viajar a Senegal.

Poco antes de que el mundo se rompiera en mil pedazos, pasé diez días maravillosos conviviendo con Mariana, Diop, Luka y Malick, en su pueblo, en su casa, con su familia, aprendiendo de sus tradiciones y siendo parte de su cultura. Un lugar donde el tiempo se detiene, las personas te sonríen aun siendo incapaz de mediar palabra con ellas y donde, desde el primer momento, me sentí parte de esta comunidad.

Casamance es un lugar en el que sentirse libre, disfrutar de no hacer nada y donde ser cada vez más consciente de que la verdadera felicidad no está en poseer, sino en ser, en vivir y en sentir. Estas son algunas de las cosas maravillosas que me dejó mi experiencia en Senegal, y que, de alguna manera, quiero devolverles con este proyecto, con esta exposición y con el libro fotográfico CASAMANCE: Derecho a la memoria. Busco acercarles este privilegio a través de las fotografías que tomé durante mi estancia en este lugar.

Mi intención era alejarme lo más posible de la perspectiva documental y retratarlos de un modo mucho más cercano, casi familiar, logrando que esta muestra nos acerque más a la intimidad, a los detalles cotidianos y la espontaneidad de los sujetos.

Las fotografías realizadas para CASAMANCE: Derecho a la memoria, se recopilarán en un libro fotográfico autoeditado que se venderá en diferentes puntos de la ciudad y a través de la web de CASAMANCE, con el que por cada unidad vendida haremos llegar otro al pueblo de Diakene Ouloff para que ayude a construir la historia e identidad de este pueblo gracias a las imágenes.

Quisiera que esto fuera el inicio de un proyecto que tuviera continuidad en el tiempo, con el que cada cierto tiempo volver a diferentes lugares de África y ayudar a construir su derecho a la memoria.

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