CINE CONTEMPORANEO

23 de Junio de 2017. Tabakalera. Donostia-San Sebastián /// Gipuzkoa. 19:00h. 3,50€

9 DE JUNIO. 19:00h

Eldorado XXI, Salomé Lamas, Portugal-Francia, 2016, 125’, VOSE, DCP.

Empecemos por la leyenda: cuentan las crónicas de la conquista de América que en un lugar remoto del altiplano, un rey indígena se cubría el cuerpo con polvo de oro y realizaba ofrendas en una laguna sagrada. Ese reino legendario y asentado sobre minas de oro pasó a llamarse El Dorado y su nombre y búsqueda en los mapas y territorios adquirió estatus de mito. La directora portuguesa Salomé Lamas añade un número -el del siglo XXI- a este lugar deseado, como si se preguntara por la pervivencia en nuestros días de la leyenda de la ciudad del oro. Y ese lugar existe, sí: La Rinconada, en los Andes peruanos, se asienta sobre minas de oro, es la ciudad más alta del mundo -5000 metros- y sus condiciones de vida y trabajo son extremas. Y sigue siendo un lugar al que se acude a la búsqueda de la promesa dorada de una vida mejor.

Hace un año invitamos a Salomé Lamas a nuestro ciclo OhPortugal!, donde presentó Terra de Ninguem (2012), retrato documental de un asesino a sueldo portugués. También pudimos ver sus trabajos cortos en nuestro espacio Horma, por lo que en cuanto se estrenó su nueva película, sabíamos que en algún momento iba a estrenarse en nuestra pantalla.

Salomé llega a los Andes y comienza mostrando ese paisaje espectacular que encuentra. Es cuando surgen las preguntas: ¿Cómo retratar un territorio? ¿Cómo adentrarse en sus paisajes y gentes? ¿Cómo hacer una película? Lamas intenta un acercamiento documental doble, como si una única tentativa fuera insuficiente para logar su objetivo como cineasta: por un lado, un trabajo radical de cámara, observación y tiempo sobre el tránsito de los trabajadores y trabajadoras de las minas. Por otro, un retrato más antropológico de sus gentes, músicas, danzas y ritos. Salomé Lamas sigue por lo tanto preguntándose sobre los límites: humanos, geográficos y cinematográficos.

 

9 DE JUNIO. 22:00h

Der traumhafte Weg (The Dreamed Path), Angela Schanelec, Alemania, 2016, 86’, VOSE (20 de mayo) VOSEU (9 de junio), DCP.

Dos relatos de desamor separados por treinta años y firmados por una de las directoras más importantes y singulares del cine alemán contemporáneo. Grecia, 1984, Keneth y Theres viven un verano feliz de juventud, luz y canciones que interpretan para los turistas. Hasta que un día Keneth tiene que partir por un asunto familiar urgente y a la vuelta las cosas habrán cambiado para siempre. Berlín, 2014, Ariane atraviesa una crisis matrimonial que desemboca en una separación. Es cuando las dos historias volverán a cruzarse y donde el relato cobrará todo su sentido. 

 

 

23 DE JUNIO

El auge humano, Teddy Williams, Argentina, 2016, 100’, VOSE, DCP.

Conocimos a Eduardo (Teddy) Williams en el año 2012 durante el Encuentro Internacional de Estudiantes de Cine del Festival de San Sebastián, donde presentó su cortometraje Pude ver un puma. Desde entonces hemos seguido de cerca su carrera y la de su grupo de amigos, estudiantes de la Universidad del Cine de Buenos Aires. El tiempo nos ha confirmado lo que ya intuimos con aquellos primeros trabajos: que su talento y riesgo creativo está escribiendo uno de los posibles cines del futuro. Así lo ha confirmado también el Festival de Locarno, que otorgó en 2016 el Leopardo de Oro de la sección Cineastas del presente a este primer largometraje de Teddy.

Ya en aquel primer trabajo Teddy presentaba el día a día de un grupo de jóvenes argentinos perdidos en un paisaje fantasmal de la costa. Lo importante era el tono y la inquietud vital de esos jóvenes. Esa misma sensación -visceral e imposible de describir sólo con palabras- es la que toma El auge humano: retrato de tres grupos de jóvenes en su día a día en Argentina, Mozambique y Filipinas, como si esto fuera un resumen vital del mundo contemporáneo, de sus derivas, de su encanto y desencanto juvenil. ¿Y qué es lo que une a todos estos personajes y mundos? Trabajar y perder el trabajo; caminar, llegar, saludar; conectarse o buscar conexión… En un mundo supuestamente hiperconectado, la deriva de estos personajes va desvelando eso tan difícil de definir y que tiene que ver con el no lugar, el sentimiento extremo, la camaradería, lo animal, la continuidad de la historia, lo nocturno, lo que brilla en la oscuridad, en los ojos y en las pantallas de ordenadores del mundo. El resultado, una experiencia visual hipnótica y única. “Creo que si hago películas es para, entre otras cosas, poder escapar de la hegemonía casi abso­luta de las palabras. Esta película parte de mi necesidad de esca­par al cerrado mundo del trabajo y la supervivencia que se me propuso en mi juventud, para ir hacia la curiosidad y el descubri­miento de otras realidades y fantasías”.

 

 

 

 

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