Pello Irazu es un artista clave en el panorama artístico contemporáneo, una figura destacada en la renovación de la escultura vasca y, fundamentalmente, un creador que desde los años ochenta ha desarrollado una obra coherente, que se extiende a lo largo de tres décadas. Alternando la escultura —medio en el que abarca un espectro más amplio, que integra desde propuestas tridimensionales de pequeño formato hasta grandes instalaciones y objetos híbridos— con la fotografía, el dibujo y la pintura mural, el trabajo de Irazu aborda los problemas que surgen en las relaciones que se establecen entre nuestros cuerpos, los objetos, las imágenes y los espacios.
Esta exposición plantea una mirada retrospectiva a la obra de Irazu a través de un recorrido articulado, que pone de relevancia hitos y obras significativas de su carrera, configurando un rico panorama de sus treinta años de trayectoria artística. Esta visión está modulada por un dispositivo material y conceptual específico, diseñado por el propio artista y estructurado a partir de un gran pasillo que recorre diagonalmente la zona central del espacio expositivo, dividiéndolo en diferentes áreas organizadas de manera circular. De este modo, se ofrece una experiencia espacial compleja al visitante, que podrá decidir en todo momento transitar diferentes rutas, siguiendo un recorrido cronológico en el que se pone de manifiesto el recurso al “eterno retorno” y a la circularidad inherente a todo trabajo artístico. Así, las piezas fotográficas y las esculturas metálicas con las que finaliza este itinerario evocan las que están presentes al comienzo de la muestra.